Presentación del Grupo de Investigación EFYPAF
El plan de acción mundial de actividad física (AF) 2018-2030 (OMS, 2019) destacaba que la actividad física es un elemento fundamental para la prevención y el tratamiento de las enfermedades no transmisibles, especialmente las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes, y el cáncer de mama y de colon, así como también un elemento que ayuda a prevenir la hipertensión, el sobrepeso y la obesidad, pudiendo claramente mejorar la salud mental, la calidad de vida y el bienestar de las personas. En un reciente informe ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud sobre la situación de la AF en el 2022, la realidad sigue siendo preocupante, existiendo un alto porcentaje de ciudadanos que no cumplen con las recomendaciones internacionales. La OMS hace una llamada de atención a todos los países para que favorezcan una aplicación de políticas que contribuyan a la promoción de la AF (OMS, 2022).
Si la investigación la centramos únicamente en cumplir las recomendaciones de AF por cada grupo poblacional (WHO, 2010) estaremos ante un reduccionismo importante del problema y conllevará buscar soluciones artificiales, parciales y descontextualizadas a un hecho que tiene carácter de naturaleza eminentemente social. Tiene carácter social ya que cuando hablamos de prácticas de AF estamos igualmente hablando de igualdad de género, de accesibilidad de todas las personas a las instalaciones deportivas, de formar parte de un grupo gestionado por un profesional (reduciendo así las desigualdades), de crear alianzas entre los diferentes agentes que favorecen o inhiben la práctica de AF en los niños, hablamos de potenciar otro tipo de hábitos saludables tremendamente relacionados (uso responsable de pantallas, patrones saludables de alimentación, cantidad y calidad correcta de sueño, etc.), del desplazamiento sostenible por la ciudad, de calidad en la educación, etc.
La literatura especializada cada vez es más coincidente en señalar al ámbito educativo como un entorno privilegiado para realizar acciones efectivas. De esta forma parece inevitable profundizar en un conocimiento riguroso de sus posibilidades, a partir del cual se podrán orientar las pertinentes estrategias de promoción de estilos de vida activos. Esto no hace otra cosa que reforzar nuestro compromiso ético cuando hablamos de intervenir en el ámbito escolar, para respetar la idiosincrasia de los centros educativos, sus dinámicas, sus responsabilidades, sus equipos docentes y sus ritmos, y de esta forma desarrollar intervenciones sostenibles en el mundo real.
Desde esta situación emerge la preocupación central de nuestro grupo de investigación. La necesidad de integrar la promoción de la AF en particular y de los hábitos saludables en general en las políticas pertinentes y su aplicación mediante herramientas y orientaciones prácticas constituye un elemento de referencia que guía nuestro trabajo. A partir de esta evidente perspectiva psicosocial, se orienta el plan estratégico de investigación del grupo EFYPAF, para el 2023-20225. El objetivo de atención preferente del grupo pretende investigar para contribuir a mejorar el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos a través de la promoción de hábitos saludables desde una perspectiva psicosocial. La población diana de nuestros estudios, en general, se centra en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Nuestra orientación al desarrollo de hábitos saludables en población joven se debe a la probada transferencia de hábitos a la etapa adulta.

